Amelie Lens: la muerte de su madre y sus inicios en el techno

Amelie Lens habla sobre su madre y sus inicios en el techno en su última entrevista a Mixmag


Con apenas 4 años de experiencia detrás de las mesas de mezclas, Amelie Lens ha conseguido conquistar a todos los amantes del techno más oscuro y vibrante. La DJ belga ha sabido dar rienda suelta a su talento y ahora su carrera musical está en continuo ascenso.

Leí por ahí que soy la DJ más querida y más odiada a la vez. Y es verdad, lo soy. Mi carrera ha despegado muy rápido, diría que demasiado rápido. Entiendo que me va a costar 10 años más demostrar lo que valgo, así que lo haré.’

Amelie descubrió como muchos de nosotros descubrimos en su momento el adictivo sonido de la electrónica. Sin embargo, ella no se conformó con salir de fiesta a bailar en los clubs más undergrounds de Bélgica, sino que decidió hacer del techno su trabajo y su modo de vida.

Mis amigos tenían una lista de artistas que querían ir a ver. A mí, la verdad, me daba igual. No recuerdo quién estaba pinchando pero el sonido era muy pegadizo y sin ningún descanso. Pensé: ‘¿Qué es esto?’ Me encantaba. Yo no iba a las fiestas a hacer amigos, no conocía a mucha gente, solo iba por la música.

No era muy guapa en el instituto, era la chica alta y delgaducha. Levi’s me fichó y ahora la gente me lo echa en cara, pero todos hemos tenido un trabajo antes de ser DJs.’

Recientemente este verano, la belga nos dejó una imagen muy tierna cuando invitó a su abuela a uno de sus eventos. Esta confiesa que su nieta tuvo una adolescencia bastante rebelde y algo complicada puesto que Amelie perdió a su madre, quien la mantenía en solitario, a la corta edad de 11 años.

Ella no entiende muy bien lo que hago, le dice a sus amigas que viajo por el mundo cantando. Es una de las personas más importantes de mi vida.

Nadie me contó lo que ocurrió, nadie hablaba de ese tema. Mi tía me contó que mi madre se había ido al cielo, pero yo no sabía qué era eso. Estaba muy confundida y me volví más fría e introvertida. No dormía bien, no comía bien… Estaba muy jodida.

Cada semana me pregunto: ‘¿Cómo lo podría haber hecho mejor?’. Quizás si hubiera tenido una infancia más estable y no hubiera vivido la muerte de mi madre sería más tranquila. Siempre me propongo serlo. Si algo me hace infeliz me olvido de ello porque no hay tiempo para la tristeza.’

 

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